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Estos episodios, los asesinatos y fusilamientos de junio de 1956, constituyeron el inicio de los crímenes del terrorismo de Estado dentro del proceso neoliberal en Argentina. Sin Aramburu, Rojas y Presbich no hubieran existido Videla, Massera ni Martínez de Hoz.

La lucha de estos hombres no es un ejemplo para ser únicamente contado, es para ser imitado, para que sirva de ejemplo y para que, desde su gloria, sigan mostrando cuál es el camino a millones de argentinos.

Ellos pertenecieron a una causa, de ahí su extraordinaria grandeza. A esa causa ofrendaron sus vidas.

Como siempre ocurre en los tiempos difíciles, surgieron entonces en nuestra tierra grupos de hombres flojos y grupos de hombres fuertes. Los hombres flojos se unieron entre ellos para dar apoyo y sustento a un gobierno de facto que proscribía, encarcelaba, torturaba y asesinaba; participaron en forma de "Junta Consultiva" en esos mismos hechos, en contra del resto del pueblo perseguido, encarcelado, torturado y asesinado. La historia -que es verdad y es justicia o no es historia-ha debido reconocer su extraordinario valor frente a la confabulación de otros.

Hoy, cuando conmemoramos el bicentenario de los comienzos de nuestra Patria, debemos rendir homenaje público a su memoria reivindicando esta lucha por recuperar la libertad y la democracia.

Ellos fueron los hombres de una causa: LA CAUSA DEL PUEBLO. Daniel Brión - Mayo de 2010

El presidente duerme... - Daniel Brion

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Estos episodios, los asesinatos y fusilamientos de junio de 1956, constituyeron el inicio de los crímenes del terrorismo de Estado dentro del proceso neoliberal en Argentina. Sin Aramburu, Rojas y Presbich no hubieran existido Videla, Massera ni Martínez de Hoz.

La lucha de estos hombres no es un ejemplo para ser únicamente contado, es para ser imitado, para que sirva de ejemplo y para que, desde su gloria, sigan mostrando cuál es el camino a millones de argentinos.

Ellos pertenecieron a una causa, de ahí su extraordinaria grandeza. A esa causa ofrendaron sus vidas.

Como siempre ocurre en los tiempos difíciles, surgieron entonces en nuestra tierra grupos de hombres flojos y grupos de hombres fuertes. Los hombres flojos se unieron entre ellos para dar apoyo y sustento a un gobierno de facto que proscribía, encarcelaba, torturaba y asesinaba; participaron en forma de "Junta Consultiva" en esos mismos hechos, en contra del resto del pueblo perseguido, encarcelado, torturado y asesinado. La historia -que es verdad y es justicia o no es historia-ha debido reconocer su extraordinario valor frente a la confabulación de otros.

Hoy, cuando conmemoramos el bicentenario de los comienzos de nuestra Patria, debemos rendir homenaje público a su memoria reivindicando esta lucha por recuperar la libertad y la democracia.

Ellos fueron los hombres de una causa: LA CAUSA DEL PUEBLO. Daniel Brión - Mayo de 2010

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